(Del Diario de Vida del poeta Gabriel Reyes)

jueves, 24 de febrero de 2011

Después de todo, ella tiene nombre de mujer







Porque dejo la vida detrás de tus pasos
con el afán impetuoso de alcanzar tu velo,
aunque solo tu sombra alcanzo de un trazo
en el intento, emocionado, me desvelo.


Despliego entonces mi arsenal secreto
odas de prístinas rimas y dulces latidos,
pero a menudo emergen sólo mamotretos
repletos de espanto y lúgubres gemidos.


Hasta cuándo el intento, que en afán construye
la seducción ciega de tu candor, poesía,
no me condenes al desencanto que destruye,


por el fatal intento de hacerte siempre mía.
Más tú –novia indecisa– que del altar huyes,
bien sabes que tras tus pasos, me pasaré la vida.

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